MI EMBARAZO EN DUBAI

Quedarse embarazada en un país que no es el tuyo, en el que no controlas cómo es el seguimiento del embarazo, estar lejos de tu familia, no conocer médicos u hospitales… puede resultar muy abrumador. Por eso quiero contaros como ha sido mi experiencia y daros algunos consejos que, si en algún momento os encontráis en esta situación, os ayuden a que el camino sea más fácil y dé menos vértigo.

Empiezo por contaros que este es nuestro tercer embarazo.

El embarazo de la Jefa de la casa nº1 fue todo el tiempo en Málaga, España, donde nació. La Jefa de la casa nº2, también nació en Málaga, pero todo el control del embarazo fue en Helsinki, Finlandia, que era donde estábamos viviendo en ese momento.

¡Enfrentarnos a un seguimiento diferente y en un idioma que no es el nuestro no nos pilla de nuevas!

La novedad con el Jefe de la Casa (¡si, viene el niño!) es que va a nacer en Dubai y no en Málaga. ¿Por qué este cambio? Pues no porque aquí sea mejor o peor la sanidad, sino porque el permiso de paternidad que le darán al papi cuando el peque nazca es solo de 5 días. Así que desde que ese test dio positivo y lanzó fuegos artificiales, decidimos que tendríamos al bebé aquí para que su papá lo pueda disfrutar todo todito.

Será una experiencia nueva que no podremos compartir de cerca con nuestra familia y el peque tendrá que esperar unos meses para que los abuelos, primos y tíos lo llenen de besos y abrazos, pero aún con su parte triste e incómoda, estamos muy emocionados con el plan.

Voy a empezar por contarte que el seguimiento del embarazo es exactamente igual que en España. No hay menos pruebas o menos ecografías o menos control. Así que, si ya has tenido algún embarazo, no vas a echar nada en falta (ni siquiera la prueba del azúcar). Y si es tu primer embarazo, puedes estar tranquila, porque no van a saltarse ningún paso y todo funciona súper bien. ¡Me daban citas para ecografías una vez al mes (aunque no tocase ninguna prueba importante), y a partir de la semana 34, las ecografías han sido semanales!

Algo que sí nos ha resultado nuevo es que, por cuestiones del seguro y la cobertura del mismo, tengo que ir a dar a luz al hospital donde el ginecólogo que me está controlando el embarazo tenga concertado. Si te pones de parto y llegas a un hospital cualquiera, no van a dejar de atenderte, pero van a reclamar más dinero a tu seguro. Si tienes un seguro maravilloso, sin limitaciones, no tendrás problemas, pero no es mi caso, así que mejor llevarlo todo bien atado y evitar sustos posteriores.

Pero tampoco te agobies mucho con este tema, que, si surge cualquier cosa, se puede cambiar de decisión. Lo más importante es tener un buen seguro, tener confianza en tu médico y cuadrarlo con el hospital que elijas.

En mi caso, mi ginecóloga trabaja con tres hospitales, me recomendó hacer un tour en cada uno de ellos (solo tenía que llamar a cada hospital y concertar una cita para hacer la visita). Así pude ver sus instalaciones, descubrir cual cubría mis prioridades y cuál me causaba mejor sensación, porque al final… se trataba de eso, tener buen “feeling”.

Me considero afortunada por haber podido vivir la experiencia de mis embarazos en tres lugares diferentes, sobre todo porque siempre han ido bien. Al estar fuera de tu zona de confort, no tener complicaciones, ayuda a que todo sea mucho más sencillo.

Me gusta descubrir cómo funcionan las cosas en cada país. Ya no solo en cuestión de protocolos médicos, sino en cómo nos tomamos las cosas. Por ejemplo, en España todo está muy controlado y muy marcado en el seguimiento del embarazo, nos dicen mucho lo que podemos o no podemos hacer. En Finlandia e incluso aquí en Dubai, siento que todo es mucho más relajado. En Finlandia, mientras me encontrases bien físicamente, le daban más importancia a mi estado de salud mental que al resto. Y aquí en Dubai es como si dejasen que el cuerpo hable, y si no hay señales de que algo vaya mal… no hay que darle más vueltas.

Evidentemente todo depende de cada uno, del médico que te trate y de cómo tú quieras llevar tu embarazo. Pero en mi caso, tengo la suerte de haber podido vivir tres embarazos extraordinarios y con experiencias médicas muy buenas, lo cual hace que los aspectos negativos (como por ejemplo ir sola a las consultas médicas) se queden atrás y olvidados en el cajón de “no me sirves”.

Deja un comentario